EXPLORACIÓN NEUROLÓGICA DEL RECIÉN NACIDO A TERMINO
La exploración neurológica del recién nacido (RN) merece un capítulo aparte
dentro de la exploración neurológica en la infancia, tanto de los RN término
como de los RN pre término pues presentan unas características propias, según
la edad gestacional que dependen del grado de maduración del SNC.
Es fundamental dominar la semiología neurológica de esta etapa de la vida,
que nos permita diferenciar aspectos normales. Propios de la edad gestacional,
de aspectos patológico. Por lo tanto para poder realizar una adecuada exploración
neurológica neonatal, debemos tener en cuenta diversos aspectos:
Edad gestacional: pues los hallazgos exploratorios cambian con el
grado de maduración del SNC porque ciertas alteraciones son más propias del recién
nacido pretérminos y otras de recién nacido a términos, y porque una agresión a
un cerebro en desarrollo (ejemplo. Hipoxia-isquemia) tendrá diferente impacto según
la edad gestacional del RN y según en el que se produzca (prenatal, perinatal, posnatal)
Situación clínica del neonato: el compromiso del estado general del RN
(alteraciones hemodinámicas, respiratorias, metabólicas...etc.) puede alterar
la exploración. También es determinante su estado de alerta, pues la
exploración puede cambiar según el niño esté tranquilo pero despierto, llorando
o dormido. Por ello, es necesario hacer una exploración neurológica seriada que
nos permita determinar si realmente existe alguna alteración.
Experiencia del clínico que
realice la exploración.
Evaluación general:
Inspección: pretendemos mediante observación directa,
establecer la edad gestacional aproximada del RN, su estado general, nivel de
conciencia, actitudes corporales, postura y movilidad espontánea que nos
permitan hacernos una idea de la situación neurológica. También es buen momento
para detectar signos dismórficos, simetría y expresión facial, deformidades
craneales (craneosinostosis), lesiones cutáneas (angiomas, manchas café con
leche, nevus…) y otras alteraciones que sugieran una posible alteración
neurológica, como la calidad del llanto (débil, discontinuo, quejumbroso,
excesivo y difícil del calmar, agudo), la actitud alimentaria (buena
coordinación succión deglución) la forma del paladar, un paladar ojival en un
término puede indicar debilidad de movimientos de la lengua de origen
neurológico.
Palpación: estimulamos al neonato y vemos su actividad y
reactividad (normal, hiporreactivo/letárgico, hiperexcitable). Medición del
perímetro craneal, pues tanto la microcefalia como la macrocefalia pueden ser
el primer signo de afectación neurológica (anormalidades genéticas, tóxicas,
metabólicas, infecciosas, malformativas…etc) e interpretando la concordancia
con el resto de parámetros antropométricos (Así en la insuficiencia placentaria
el crecimiento cerebral es mayor que el somático, en cambio en la patología
hipóxico-isquémica puede producir cierto grado de atrofia cerebral.). Palpación
de fontanela, suturas, resto del cuero cabelludo (dehiscencia de suturas,
fontanela abombada, cefalohematomas, acabalgamiento de suturas que puede dar
información sobre el tipo de parto, estado de hidratación y crecimiento
intrauterino). Espalda (mielomeningoceles y otros signos de disrrafia),
miembros (artrogriposis, limitaciones articulares), abdomen…etc.
Auscultación: de la cabeza, tórax.
Componente
Motor: parte del mismo
ya ha sido valorada anteriormente en la inspección y nos ha servido para
valorar la simetría movimiento espontáneo global y segmentario, la edad gestacional
y el tono pasivo mediante la postura (ej: una postura en libro abierto en un RN
término, manifiesta una hipotonía). Lo normal es encontrar un RN en actitud
flexora de los miembros, con movilidad espontánea simétrica y armónica, con
mímica facial expresiva y simétrica cuando está tranquilo y cuando expresa
disconfort, placer o durante el llanto. Las manos tienden a estar cerradas,
pero con capacidad para abrirlas y abducir el pulgar. No suelen presentar
movimientos anormales, si bien el temblor de miembros o mentón que aumentan con
la manipulación y el llanto o hambre y las mioclonía durante el sueño sí
son normales. Todo lo que se salga de esta situación puede ser patológico y debe ser considerado como un signo de riesgo
neurológico.
Tono
muscular:
a) Pasivo: indica
la resistencia de las extremidades a su movilidad pasiva mediante distintos
procesos que miden un ángulo entre dos segmentos. Consisten en traccionar los
miembros para valorar el tono de músculos, evaluar el retorno en flexión de las
extremidades, maniobras como el signo de la bufanda (dirigiendo la mano hacia
el hombro opuesto y relacionando la posición del codo con la línea media),
talón –oreja valorando en ángulo entre el muslo y pierna que estará comprendido
entre 40-90º, ángulo de aductores entre 90-110º, ángulo de dorsiflexión del
pie, siendo estos ángulos superiores a mayor prematuridad. El tono del tronco y
cuello se estimará mediante la flexión repetida y rotación lateral de la cabeza
percibiendo la resistencia del esternocleidomastoideo contralateral y la
postura adoptada del mentón con respecto al hombro.
b) Activo: indica la actividad muscular ante movimiento y
cambios postulare, se valora a partir de diversas maniobras:
c) Suspensión ventral: el
término adopta una postura con el dorso ligeramente curvado, miembros
flexionados y cabeza alineada con el tronco.
d) Suspensión axilar: mediante la sujeción del neonato bajo las
axilas, se observa una reacción de enderezamiento de miembros inferiores,
tronco y cabeza.
e) Paso de decúbito a sentado: provocando el reflejo de prensión se tracciona de los
brazos arriba; percibiendo resistencia de brazos, flexión de extremidades
superiores e intento del niño de alinear la cabeza con el tronco. Un 4% de los
RNT son incapaces de alinear la cabeza, corrigiéndose en fase postprandial.
f) Enderezamiento global:
la estimulación cutánea plantar desencadena una reacción de enderezamiento
global antigravitoria.
Debemos diferenciar entre
tono y fuerza, ya que corresponde a diferentes propiedades del musculo; por
ello hipotónico y débil no pueden intercambiarse.
Fuerza: capacidad de un músculo de generar potencia tras
contraerse. Se debe valorar mediante movimientos espontáneos y provocados,
reflejos que llevan a la contracción tras la estimulación (ejemplo Galant).
Reflejos:
-
Reflejos primarios: fisiológicos en los primeros meses de vida, son reflejos subcorticales y su
presencia indican un tronco cerebral indemne. Su ausencia o presencia cuando tenia
que haber desaparecido, son un signo de afectación neurológica. La valoración secuencial
permite evaluar el desarrollo madurativo.
Los más importantes son:
a) Moro: en supino, realizando una tracción sobre las manos hacia delante y
soltando bruscamente sobre la camilla de exploración, se produce primero
abducción de brazos y extensión de antebrazos con apertura de manos (primer
tiempo), seguido de adducción de brazos y flexión de antebrazos (segundo
tiempo) acompañado generalmente de llanto o ansiedad.
b) succion: al estimular con el meñique la parte media de la lengua o el
paladar, se provoca la succión.
c) Búsqueda: estimulando con el dedo la zona superolateral de los labios
superiores, provocamos el giro de la cabeza a uno y otro lado y apertura de la
boca.
d) Galant: en posición prono, el roce de la región paravertebral, produce incurvacion
de la columna hacia el lado estimulado.
e) Extensión cruzada: la estimulación de la planta del pie desencadena en la
pierna libre rápida flexión, apertura de dedos y aducción del pie hacia el
estimulado.
f) Graspping de mano y pie: al apretar con el dedo índice sobre la parte
media de palpa o planta, debe producirse una flexión de los dedos.
g) Marcha automática: con el niño en posición vertical, al apoyarlo sobre
una base firme se produce primero una reacción de enderezamiento y al
inclinarlo hacia delante, una sucesión de pasos. Puede estar ausente los
primeros días de vida.
h) Reflejo tónico asimétrico del cuello (inconstante): en supino al girar
la cabeza hacia un lado, se produce una extensión del miembro superior
ipsilateral al lado
que gira la cabeza y una flexión del contralateral, acompañada o no de una respuesta
similar en las extremidades inferiores.
i) Reflejos osteotendinosos (rotuliano, bicipital) y cutáneos
(cutáneo-plantar): no son de gran interés y a veces difíciles de explorar si no
se tiene experiencia. Son relevantes cuando no se obtienen de forma global y en
varias exploraciones y asocian hipotonía, pues puede sugerir afectación
neuromuscular. Tener en cuenta que el reflejo cutáneo plantar en el neonato es
extensor y eso no es patológico (variable según naturaleza y localización del
estímulo). La presencia de un clonus aquileo breve y fatigable o temblor, también
puede ser normal en el neonato si no asocia otros signos.
k)Reflejos táctiles superficiales: no desaparecen con la maduración.
Pueden dar respuestas motoras de flexión o involucrar a músculos del abdomen,
suelo pélvico o esfínteres. Éstos últimos ayudan a examinar la integridad de
segmentos medulares lumbares o lumbosacros.
Nervios
craneales:
- II,
III, IV y VI: los
valoramos juntos. Primero valorar fijación a la luz y seguimiento, presente al
nacimiento. También los movimientos oculares espontáneos en todas las
direcciones y la respuesta pupilar a la luz que requiere integridad del II y
III par craneal. El estrabismo puede ser fisiológico los primeros días cuando
es variable. Debe ser considerado patológico los movimientos erráticos,
nistagmo, ausencia de fijación, signo del sol poniente o el S. Horner.
- Trigémino o V par craneal: ver exploración
neurológica del niño.
- El VI, VII, IX, X, XI y XII los valoramos en
conjunto valorando la succión-deglución. Un nervio importante es el XII, lo
exploramos observando la lengua, su atrofia y la presencia de fasciculaciones
de la misma, es sugestivo de degeneración del núcleo hipogloso, la cual aparece
en atrofia muscular espinal infantil tipo I (werdnig- Hoffman). El VII a partir
de la mímica facial, la parálisis facial unilateral produce asimetría cuando
llora desviándose la boca al lado sano, si el origen es periférico la parálisis
es total permaneciendo el ojo del lado afecto abierto; en cambio en la central
el cierre del ojo es posible. Si la parálisis es bilateral buscar síndrome de
Moebius.
Movimientos
generales: movimientos que
involucran a diferentes partes del cuerpo sin una secuencia espaciotemporal
característica. La presencia de estos movimientos generales normales,
constituye un excelente marcador de normalidad neurológica. En cambio la
presencia de movimientos alterados identifica niños con alto riesgo de
parálisis cerebral y/o trastorno del neurodesarrollo.
- Motricidad espontánea de manos y dedos: si las manos permanecen
constantemente cerradas hay que intentar abrirlas; si se deja abrir se trata de
una inactividad pasajera, pero si es difícil abrirla y el pulgar está inactivo
se denomina pulgar adductus, considerándose un signo de lesión cerebral
prenatal.
- Movimientos anormales: los temblores y clonías en extremidades son normales
en los primeros días, sólo tienen significación si se aprecian en un niño
tranquilo.
Evaluación
sensitiva: debe estudiarse
ante la existencia de debilidad muscular, hipo-arreflexia, artrogriposis,
anomalías de la columna vertebral y lesiones cutáneas en línea media. Estará
basada en la observación e interpretación de los cambios ante el estímulo
aplicado. La respuesta se compara entre áreas simétricas, proximales y
distales.
a) Sensibilidad al tacto ligero y presión: con reflejos primitivos táctiles
que inducen reacciones motoras estereotipadas (búsqueda, Galant, prensión).
Sensibilidad al dolor examinar la respuesta al estimular la piel con una
aguja roma cuando está tranquilo.
b) Temperatura: valoración de respuesta ante la aplicación de un tubo frio
c) Vibración: medir respuesta motora ante la colocación de un diapasón
sobre un promontorio óseo.
d) Propiocepción: ningún método es aplicable a neonatos. Su desarrollo
repercute en la neuroconducta y sobre los reflejos ventilatorios.
Neuroconducta: dentro del examen neurológico se deben valorar
los estados del neonato, su variedad, el tiempo que permanece en cada uno y su
adaptación al cambio.
-Alerta
(4 niveles): nula o muy
baja (coma), baja presta una atención fugaz con importantes ayudas del
examinador, intermedia cuando la alerta dura 5-15 segundos precisando ayuda
moderada, alta la alerta dura >15 segundos sin necesidad de ayuda.
-Irritabilidad, llanto: el término reacciona
ante un estímulo perturbador con irritabilidad durante unos pocos segundos,
disminuyendo rápidamente al retirar el estímulo. Las reacciones del prematuro
son menos intensas, más prolongadas, en general menos consolables, pudiendo
acompañarse de
Cambios automáticos.
-Habituación: refleja la capacidad para de
protegerse ante estímulos desorganizados, objetivándose la formación de una
memoria. Cuando la corteza temporal y occipital están ausentes, no hay
habituación a estímulos visuales (disminución de la respuesta a la luz) ni
auditivos (disminución de la respuesta al sonido).
-Orientación: exige reevaluación posterior, ya
que muchos neonatos no responden en un momento dado.
Orientación visual a un objeto inanimado: se desarrolla a las 40 semanas
postmenstruales, igual en pretérminos. Como el RN no acomoda su visión hasta
los 3 meses, hay que colocar el objeto a una distancia de unos 30 cm. En
ausencia de fijación-seguimiento hay que buscar opacidad córnea, reflejo
blanquecino de catarata congénita.
Orientación auditiva a un objeto inanimado: aparece un movimiento
coordinado de la cabeza y de los ojos hacia el estímulo. En pretérminos se
desarrolla una adecuada respuesta a las 35 semanas.
Orientación olfativa: se detecta a los pocos minutos del nacimiento para la
alimentación. A partir de las 29 semanas se detecta este comportamiento.
Situación clínica del neonato: el compromiso del estado general del RN (alteraciones hemodinámicas, respiratorias, metabólicas...etc.) puede alterar la exploración. También es determinante su estado de alerta, pues la exploración puede cambiar según el niño esté tranquilo pero despierto, llorando o dormido. Por ello, es necesario hacer una exploración neurológica seriada que nos permita determinar si realmente existe alguna alteración.
b) Activo: indica la actividad muscular ante movimiento y cambios postulare, se valora a partir de diversas maniobras:
c) Suspensión ventral: el término adopta una postura con el dorso ligeramente curvado, miembros flexionados y cabeza alineada con el tronco.
b) succion: al estimular con el meñique la parte media de la lengua o el paladar, se provoca la succión.
c) Búsqueda: estimulando con el dedo la zona superolateral de los labios superiores, provocamos el giro de la cabeza a uno y otro lado y apertura de la boca.
e) Extensión cruzada: la estimulación de la planta del pie desencadena en la pierna libre rápida flexión, apertura de dedos y aducción del pie hacia el estimulado.
- Trigémino o V par craneal: ver exploración neurológica del niño.
- El VI, VII, IX, X, XI y XII los valoramos en conjunto valorando la succión-deglución. Un nervio importante es el XII, lo exploramos observando la lengua, su atrofia y la presencia de fasciculaciones de la misma, es sugestivo de degeneración del núcleo hipogloso, la cual aparece en atrofia muscular espinal infantil tipo I (werdnig- Hoffman). El VII a partir de la mímica facial, la parálisis facial unilateral produce asimetría cuando llora desviándose la boca al lado sano, si el origen es periférico la parálisis es total permaneciendo el ojo del lado afecto abierto; en cambio en la central el cierre del ojo es posible. Si la parálisis es bilateral buscar síndrome de Moebius.
- Movimientos anormales: los temblores y clonías en extremidades son normales en los primeros días, sólo tienen significación si se aprecian en un niño tranquilo.
d) Propiocepción: ningún método es aplicable a neonatos. Su desarrollo repercute en la neuroconducta y sobre los reflejos ventilatorios.
-Irritabilidad, llanto: el término reacciona ante un estímulo perturbador con irritabilidad durante unos pocos segundos, disminuyendo rápidamente al retirar el estímulo. Las reacciones del prematuro son menos intensas, más prolongadas, en general menos consolables, pudiendo acompañarse de
-Habituación: refleja la capacidad para de protegerse ante estímulos desorganizados, objetivándose la formación de una memoria. Cuando la corteza temporal y occipital están ausentes, no hay habituación a estímulos visuales (disminución de la respuesta a la luz) ni auditivos (disminución de la respuesta al sonido).
-Orientación: exige reevaluación posterior, ya que muchos neonatos no responden en un momento dado.
Afectación neurológica de las infecciones connatales
La
mayoría de las infecciones que afectan al sistema nervioso central
durante el periodo embrionario y fetal proceden de una infección materna,
transmitida al feto a través de la placenta, aunque en algunos casos la vía de
transmisión fundamental es a través del canal del parto como en el caso del
virus herpes y el virus de la inmunodeficiencia humana.
Efectos destructivos vs.
teratógenos. Los efectos destructivos son por meningoencefalitis. Los teratógenos
afectan principalmente a la organización y a la migración neuronal. Separar
ambos efectos es difícil, ya que la destrucción de tejidos puede alterar al
desarrollo posterior del SNC y la capacidad embriofetal para desarrollar una
respuesta inmunológica es limitada ya que antes de la 20ª semana no se genera
una respuesta inmune.
Infección por citomegalovirus congénita
El
citomegalovirus (CMV) es la causa más frecuente de infección congénita en
países desarrollados, varíando entre el 0,3 y el 2,4 % de todos los recién
nacidos. La mayor parte de las infecciones congénitas por CMV ocurren tras una
primoinfeción materna. En caso de que una gestante seronegativa adquiera la
infección , hasta el 40% se afecta. De ellos, el 10% presenta síntomas al
nacimiento y hasta la mitad de éstos tienen secuelas permanentes.
La
infección fetal es mucho menos frecuente en mujeres inmunes (sólo el 1-2%). A
pesar de que la gran mayoría no presenta síntomas al nacimiento hasta un
15% tiene secuelas a largo plazo. La primoinfección en la embarazada suele
cursar de forma asintomática pero en un 40% de los casos aparece fiebre,
síntomas pseudogripales o un síndrome mononucleósico. La gravedad de la
infección es mayor si se adquiere en el primer o segundo trimestres, aunque la
tasa de transmisión es mayor en el tercer trimestre.
Otras infecciones connatales con afectación neurológica
Inflamación y necrosis tisular cerebral. el virus interfiere también con la proliferación celular, y puede producir microcefalia y alteración de la nacionalización.
la afectación neurológica se presenta en el 50-75% de los casos. síntomas frecuentes en el neonato: letargia irritabilidad, e hipotonia. puede haber erupción cutánea al nacimiento. las lesiones oculares mas frecuentes son las cataratas y las coriorretinitis y con menor frecuencia el glaucoma. Clínica posterior
neurológica: retraso en el desarrollo psicomotor, con posterior retraso mental
de grado variable (con frecuencia asociado a microcefalia); crisis epilépticas.
En general cuando hay enfermedad congénita solo el 10% permanecen
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